Este ejercicio se propone a los alumnos de bachillerato artístico con un primer objetivo: que recuerden cómo manejaban las ceras cuando sabían hacerlo.
Esta práctica la realizáis con sólo nueve años en clase de pintura con Antonio. Lo hacéis estupendamente, con gran precisión y sobre todo INTERÉS.
Como es una técnica muy interesante para que los niños practiquen con ella, termináis asociándola con los "trabajos manuales" y en el momento de tener que enfrentarte a ella como artista adulto ¡oh, sorpresa! no sólo habéis crecido y vuestro trazo ha perdido soltura (vuestros "muñecos de palo" ya no resultan tan tiernos como antes) si no que además os encontráis con que lejos de ser una técnica infantil, es de difícil manejo.
Pasáis de no usarla por considerarla demasiado sencilla, a no usarla por no saber hacerlo.
Utilizar esta cuadrícula es una manera estupenda de conectar de nuevo con ella, os "calentara las manos" y pese a que os parezca algo tediosa, os hará perder el miedo y comenzar a comprobar los posibles efectos que podemos conseguir.
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