martes, 27 de noviembre de 2012

¿Porqué no compro animales?


Esta es Bamba.
Las navidades pasadas nos decidimos por fin a tener un perrito. Yo siempre había tenido perro, y al irme de casa, pues lógicamente se quedó allí con mis hermanos, así que echaba muchísimo de menos tener un personajillo correteando entre mis piernas.
Mi última perrita había sido un Bichón Maltés, y como tienen un carácter muy bueno, y son pequeñajos, nos pareció buena opción como raza. Hicimos un gran esfuerzo económico para comprarlo, más las primeras vacunas, la cama, los comederos, un transportin, algunos juguetes, el pienso, golosinas... vamos ¡el set completo! más de 1000€

Fuimos muy ilusionados a una tienda de animales en Vallecas que tenía una pinta estupenda en internet, con vídeos para supuestamente ver a los perritos que allí tenían "como en directo". La perrita era MUY pequeña, pero en la tienda nos dijeron que llegaba a los 2 meses (que es la edad mínima para que un cachorro deje de mamar) así que nos fiamos. Nos la llevamos y pasamos las navidades con ella.

Para lo dulce que nos había parecido en la tienda, tenía un carácter muy fuerte, bastánte agresiva, sobre todo para ser tan pequeña y notamos algunas cosas raras. Parecía no mirar hacia arriba, ni ver bien...

Una noche estando en casa, apenas un mes después de comprarla, comenzó a tener convulsiones. Muy asustados salimos corriendo al hospital veterinario, y tuvimos que dejarla allí, por que no sabían qué le pasaba. Estuvo una semana allí, cada noche nos costaba una fortuna, y cada prueba que le hacían aún más. Durante esos días tan angustiosos en los que estábamos hechos polvo, descubrimos que la tienda en la que compramos a Bamba traía a los perritos de países de Este, en camiones, comprándolos por kilos. En el camino morían muchos, y los que llegaban estaban muy débiles. Tenía muchas denuncias puestas y encontramos más información por foros de internet sobre otras cosas terribles.

Nosotros no pudimos denunciar por que Bamba resultó tener Moquillo, que aunque parezca un nombre gracioso, es de las enfermedades más graves que puede tener un perro, y no podíamos demostrar que no se hubiera contagiado estando con nosotros.

Debido al ataque que había tenido, tenía lesiones neuronales, y a pesar de una factura veterinaria meteórica no pudimos hacer nada por ella...
Tuvimos que tirar todas las cosas que teníamos suyas, ya que el moquillo es muy contagioso (en perros), desinfectar toda la casa fregándola con lejía (lo que me causó una intoxicación que me tuvo en la cama 3 días) y una pena tremenda.

La conclusión que nos dio un catedrático de veterinaria familiar nuestro fue que como los venden más pequeños que lo que deberían, la vacunamos antes de tiempo, y la vacuna en vez de protegerla, la infectó.
Esta experiencia nos dejo muy, muy tristes. Al principio ni queríamos tener otro... además, no nos quedaba ni un duro...

Y entonces ¡llegó Terabyte!


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